El 21 de marzo se celebraron 35 años desde que "The Final Cut" de Pink Floyd viera su lanzamiento al mercado en 1983. Si bien ocupa un lugar poco destacado en la discografía de la banda y para muchos es un mero disco solitario de Roger Waters, sin embargo es un álbum que se merece aún más que eso.
"The Final Cut" fue el último álbum con la participación de Waters en la banda y fue el detonante para su posterior separación de la banda. Es un disco que se inscribe dentro de un contexto sociopolítico puntual y que profundiza las en las heridas de la guerra que tanto marcaron la infancia de Waters. Es un disco que surge durante una grave crisis económica en Inglaterra bajo el gobierno conservador de Margaret Thatcher y en el marco de la guerra en las Islas Malvinas. Es un álbum conceptual contra la guerra que explora temáticas como los soldados caídos, la pérdida de seres queridos y la traición política.
Cabe destacar también, que la banda no se encontraba en su mejor momento. Roger Waters había despedido a Rick Wrigth en 1979, aludiendo razones de poco aporte creativo. En aquel entonces, Wright atravesaba su propio infierno personal con divorcios y abuso de sustancias. Por su parte, Waters estaba desilusionado con el resultado final del film "The Wall" de Alan Parker (1982).
Con este panorama, "The Final Cut" sale adelante impulsado por el fuerte deseo del bajista inglés de homenajear a su padre fallecido durante la Segunda Guerra Mundial y de reflexionar sobre el sacrificio de tantos en la guerra y si había merecido la pena.
En principio, el disco iba a ser parte de la banda sonora de la película "The Wall" e iba a incluir temas nuevos y regrabaciones del álbum "The Wall", siendo algo así como una segunda parte o extensión del disco. Incluso iba a llamarse "Spare Bricks" (ladrillos de repuesto). Lo cual llevó a algunos descontentos en el grupo. “Volvieron a aparecer temas que habíamos descartado para ‘The Wall’. Si a nadie les habían parecido buenos por aquel entonces, ¿qué les convertía en buenos ahora?”, comentó David Gilmour, quien no estaba entusiasmado con el giro politizado y personal de la grabación. Pero ninguno podía detener al bajista, quien terminó de convencerse de crear el disco con la guerra de Malvinas. Gilmour intentó hacerlo cambiar de parecer y las discusiones entre ambos llegaron a tal punto que Waters amenazó con sacar el disco como solista.
Waters, Gilmour y Nick Mason están los tres de acuerdo que aquellas fueron las peores sesiones del grupo en su carrera y que la separación entre ellos ya era insalvable.
Finalmente. el álbum vio la luz y fue #1 en el Reino Unido y #6 en Estados Unidos. Waters se separó de la banda, comenzando su carrera como solista contando con 4 álbumes de estudio hasta la actualidad. Siendo “Is This The Life We Really Want?” su último disco. Waters continua con una fuerte línea política en sus trabajos que se pueden ver también en sus declaraciones y en los shows da durantes sus giras, como se ve en los espectáculos de su último tour “Us+Them Roger Waters 2018” donde hace claras denuncias contra el presidente actual de Estados Unidos, Trump, y contra las injusticias que se siguen viviendo a nivel mundial
.
Comentarios
Publicar un comentario